El siguiente artículo pretende aclarar los conceptos básicos que definen actualmente al Autoconsumo Fotovoltaico.
La energía fotovoltaica es la transformación directa de la radiación solar en electricidad. Esta transformación se produce en unos dispositivos denominados paneles fotovoltaicos.
El autoconsumo fotovoltaico consiste en producir tu propia electricidad y consumir la energía que tú mismo generas, en este caso, con la ayuda del sol, gracias a placas solares fotovoltaicas.
Una de las principales virtudes de la tecnología fotovoltaica es su aspecto modular, pudiéndose construir desde enormes plantas fotovoltaicas en suelo hasta pequeñas instalaciones en tejados de viviendas.
Gracias al autoconsumo fotovoltaico no solamente se consiguen ahorros en dinero, sino que contribuimos al sostenimiento del medio ambiente y al consumo responsable de energía. Además se mejora la competitividad de las empresas reduciendo costes de producción y favoreciendo la soberanía energética de nuestra tierra.
Tanto particulares como empresas, que dispongan de un tejado o una superficie disponible con una orientación adecuada, pueden aprovecharse de las ventajas del autoconsumo fotovoltaico.
En octubre de 2018, el impuesto al sol fue finalmente derogado y se sentaron las bases para un marco más favorable para el autoconsumo. El 5 de abril de 2019 se aprueba el nuevo Real Decreto de Autoconsumo que supone un enorme salto adelante, trayendo consigo la “facturación neta” o “compensación de excedentes”.
Por lo tanto se establecen dos modalidades de autoconsumo: sin excedentes y con excedentes.
Las instalaciones de autoconsumo sin excedentes necesitarán un equipo anti vertido que garantice que no se vierte nada de energía a la red.
Todas las viviendas pueden acogerse al modelo de autoconsumo con compensación de excedentes. Este es en el caso también de las industrias con instalaciones de autoconsumo inferiores a 100kW.
El exceso de energía que generas y no consumes se revierte a la red eléctrica y se te compensará por ello reduciéndolo de tu factura de la luz. Es decir, toda la energía que producen las placas solares instaladas se reduce de la factura eléctrica.
Amparados por este mecanismo y con un precio pactado con la comercializadora eléctrica, se nos descontará el importe de la electricidad que inyectamos a red de la que posteriormente consumimos, con carácter mensual. Sin posibilidad de hacer negocio en el supuesto de que el valor de la energía vertida sea mayor al de la consumida.
Hay que entender que dicha compensación hace referencia a la energía, por lo que incluso si nos descontásemos el total de la misma en nuestra factura, tendríamos otros conceptos que pagar (potencia contratada, alquiler del equipo de medida e impuestos).
El RD conlleva algunos otros detalles que también favorecerán la proliferación del autoconsumo. Por ejemplo, se favorece el autoconsumo colectivo (necesario en comunidades de vecinos).
Los precios finales de la energía han sufrido unos incrementos muy significativos en los últimos tiempos como consecuencia, principalmente, de dos factores: por un lado, los elevados precios de las materias primas (gas natural, petróleo, carbón) en los mercados internacionales y, por otro, el incremento en la cotización de los derechos de emisión de CO2 como resultado y anticipo de las decisiones adoptadas en la UE y, en un contexto más amplio, a nivel global tras la Cumbre de París, por la decidida apuesta por la descarbonización de la economía.
La energía producida con las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo no aumenta su precio cada año, ya que el sol es un recurso gratuito, permitiendo determinar el precio de la energía desde el principio y durante toda su vida útil de la misma, que se estima entre 25 a 30 años.